martes, 18 de enero de 2011

Claude Lanzman



Hablo sobre supuestos de una persona a la que no conozco y de la que tengo pocos y contradictorios datos, no me he preocupado de informarme, no me importa. Con seguridad se que todo lo que escriba no se ajusta a la verdad.

He visto algunos fragmentos de Shoah que a priori no eran relevantes, vi un bosque y dos señores conversando. Un rato más tarde salían otros dos señores en un mercado que iban a hablar con un tercero que despachaba carne o embutidos. Si solo se vieran las imágenes no se podría adivinar nada extraño o sorprendente. Una vez que uno se mete en la sordidez y el espanto de las historias sobrecoge tanto horror. Y son muchas historias y la película es muy larga. Se sabe que el tema son los campos de concentración y los protagonistas, personas que dan testimonio de su existencia, víctimas o verdugos, algunos ambas cosas. Su director se llama Claude Lanzman. Tuve referencias de la película antes que de su director.

Por la temática de determinadas películas y por determinados gestos y actitudes se puede imaginar la forma de ser de la persona objeto de nuestra mirada. Imaginé a Lanzman como un Dostoyevski de nuestro tiempo, de la idea que tengo de Dostoyevski se entiende. Sé que estuvo en Argelia, que fue amante de Simon de Beauvoir, que en algunas entrevistas se le presenta como un personaje esquivo y caprichoso, que es un ser excesivo por su nerviosismo, por su carácter agrio, por la necesidad de sobrepasar los límites, de sobresalir. No he leído a nadie que hable bien de Lanzman, no lo recuerdo, alguno habrá. Shoah es una película basada en diálogos y en la necesidad de ponerte en el lugar del otro, de entender el sufrimiento de los otros. Curioso personaje este Lanzman. Por cierto que se acaba de publicar su autobiografía “La liebre de la Patagonia”

Jaal 18/365


No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...